Teoría ética de G. E. Moore

Corriente: filosofía analítica
Teoría del conocimiento: empirismo
Metaética: intuicionismo ético
Ética: utilitarismo ideal o eudaimonista

George Edward Moore (1873-1958), filósofo británico, conocido por su papel en el desarrollo de la filosofía occidental contemporánea, su contribución a la teoría ética y su defensa del realismo filosófico.

La obra más famosa de Moore, Principia Ethica (Principios éticos) (1903), la cual constituye el punto de partida de la filosofía moral analítica. En su prólogo se proponía «escribir los prolegómenos a toda ética futura que pretenda presentarse como ciencia», al tratar de descubrir los principios fundamentales del razonamiento ético. En ella, Moore afirma que el concepto de lo bueno se refiere a una cualidad sencilla, indefinible e imposible de analizar respecto a las cosas y situaciones concretas. Es una condición no natural, porque se aprehende no por el sentido de la experiencia sino por un tipo de intuición moral. Cuando Moore afirma que ciertas proposiciones son «intuiciones» porque «son incapaces de demostración» sin «dar por entendido nada respecto a la manera u origen de nuestro conocimiento de ellas» no hace otra cosa que acercarse al irracionalismo, pues no da razones sobre la conducta ética. La bondad es evidente, sin duda, razonaba Moore, en aquellas experiencias como la amistad y el placer estético. Los conceptos morales de derecho y deber son entonces examinados en términos de producir todo aquello que posea bondad. Según Moore, existen intuiciones verdaderas e intuiciones falsas, pero como Moore no proporciona criterios para discernir entre ellas es la razón por la cual su utilitarismo ideal o eudaimonista no sería aceptado por muchos.

Algunos de los ensayos de Moore, como The Refutation of Idealism (La refutación del Idealismo) (1903), contribuyeron al desarrollo del realismo filosófico moderno. Empirista en su aproximación al conocimiento, no identificó la experiencia pura, de origen kantiano, con el sentido de la experiencia, y evitó el escepticismo que a menudo acompaña al empirismo. Defendió el punto de vista del sentido común que sugiere que la experiencia resulta del conocimiento de un mundo externo, independiente de la mente.

Moore también escribió Ética (1912), Estudios filosóficos (1922) y Documentos filosóficos (1959), y desde 1921 hasta 1947 editó Mind, un destacado periódico filosófico británico.

RESEÑAS SOBRE PUBLICACIONES DE G. E. MOORE

Principia Éthica (Principios éticos) (1903)

Capitulo 1: «El tema de la ética»

Virtud, vicio, deber, correcto, debe, bueno, malo, son términos usados en la Ética. La Ética busca «la verdad íntegra acerca de lo que al mismo tiempo es común a todos estos juicios y peculiar a ellos» con la finalidad de determinar la buena conducta humana; nos preguntamos ¿cuál es la conducta buena? Pero antes de responder a esta pregunta debemos responder a una anterior: ¿qué es bueno y qué es malo?

Cuando nos preguntamos ¿qué es bueno? podemos estar refiriéndonos a ¿qué cosa es buena? hecho del que se ocupa la casuística. La casuística «trata de descubrir cuáles acciones son buenas siempre que ocurran», pero la ética no consiste en juzgar cosas en particular sino en establecer razones y principios para juzgar todas. Por ello, con la pregunta ¿qué es bueno? también podemos referirnos a ¿cuál es la definición de bueno? La definición de «bueno» la dá la Ética, no la casuística, y es fundamental para que los juicios éticos no sean errados. «La casuística puede, con seguridad, ser más particular y la ética más general: pero eso significa que difieren sólo en grado y no en género».

Un caballo es un objeto natural que consta de diferentes partes y que puede ser definido de la siguiente manera: «caballo = cuadrúpedo ungulado del género equus». Moore afirma que «bueno» no puede definirse: «bueno = bueno», pues «bueno» es una cualidad sencilla y, por lo tanto, es indefinible, en el mismo sentido que «amarillo» es una cualidad simple que tampoco puede ser definida.

Moore hace notar que las proposiciones sobre «lo bueno» son todas sintéticas, nunca analíticas.

Lo bueno siempre es bueno. Según Moore, «lo bueno» es un sustantivo que es definible, pero el adjetivo «bueno» es indefinible. Una definición establece cuáles son las partes de las que invariablemente se compone un cierto todo. En este sentido, «bueno» no tiene definición, porque es simple y sin partes.

El placer y el deseo son estados psicológicos. Según Moore, quienes dicen, por ejemplo, que el placer es bueno o que el deseo es bueno, caen en la falacia naturalista(1). La falacia naturalista consiste en confundir «bueno» con un objeto natural, independientemente de que «bueno» sea o no sea un objeto natural. Por ejemplo, una naranja tiene unas ciertas características: es dulce, amarilla, redonda, etc. Nunca diríamos que una naranja es una de sus propiedades: «la naranja es amarillo». Tampoco diríamos que dos propiedades de la naranja son la misma cosa: «dulce es amarillo». Algo similar ocurre cuando alguien dice que «el placer es bueno». Si el placer es bueno entonces placer ≠ bueno, no pueden ser la misma cosa.

Comenta Moore que Spencer dice que el incremento del placer coincide con el incremento de la vida y que de ello concluye que el placer es bueno; según Moore, esto es absurdo porque el placer es indefinible. Cuando alguien dice «me place» simplemente está diciendo «tengo sensación de placer». Por eso, cuando alguien dice que «el placer es bueno»: «placer = bueno», no pretende decir que «placer = placer» sino que usa la palabra «bueno» para persuadirnos sobre lo que debemos hacer.

Quienes usan la falacia naturalista no se ponen de acuerdo. Unos dicen que el placer es bueno, otros que lo deseado es bueno, etc.

Según Moore, cuando alquien dice que «bueno = placer» y otro dice que «bueno = deseado» es lo mismo que cuando alguien dice que «triángulo = círculo» y otro dice que «triángulo = línea recta». Son definiciones estipulativas, según las cuales cada uno estipula lo que una palabra significa. Por otro lado tenemos la definición lexicográfica, según la cual «bueno» es aquello que la mayoría de la gente dice que es bueno. Pero ni la definición estipulativa ni la definición lexicográfica son las definiciones por las que se interesa Moore. A Moore le preocupa la definición por la que pudiéramos descubrir la naturaleza real del objeto o noción denotado por la palabra «bueno».

Si «bueno» no fuera algo simple e indefinible entonces: o sería algo complejo (un todo dado) o no significaría nada (no existiría la Ética). Ambas alternativas no han sido sostenidas por quienes pretenden definir «bueno» y basta apelar a los hechos para desecharlas. «El intento de definir «bueno» se debe principalmente a la falta de claridad sobre la posible naturaleza de la definición».

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