ARGUMENTO: “El veganismo no es más ecológico”

RESUMEN: ¿Qué tipo de alimentación daña más el medio ambiente? ¿el estilo de vida vegano es el más respetuoso con el medio ambiente? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí voy a responder.

El consumo de productos de origen animal es una actividad éticamente incorrecta, pues viola el derecho ético a la salud y a la vida de los demás. El respeto del medio ambiente sólo tiene sentido en cuanto que puede beneficiar a los seres sintientes. El consumo de productos de origen animal es una de las principales causas de la destrucción del medio ambiente, por lo tanto toda aquella persona que se autodenomine «ecologista» debería dejar de consumir productos de origen animal para ser coherente en este sentido. Quienes ya viven de manera vegana deberían cuidar el medio ambiente, pues lo que daña el medio ambiente perjudica los intereses de quienes viven en él. La práctica del veganismo es más ecológica, razón por la cual todo «ecologista» debería evitar consumir productos de origen animal

Palabras clave: ecologismo, contaminación, deforestación, medio ambiente, recursos hídricos

 

Ecologismo y animalismo

1. Algunas personas confunden el ecologismo con el animalismo.

El ecologismo real consiste en conservar las especies y los ecosistemas (ecocentrismo).[1] En cambio, el animalismo consiste en defender a animales no humanos concretos.

El animalismo es la evidencia de un aumento de la sensibilidad humana, pues al ampliar el círculo de consideración ética supera al antropocentrismo o al menos supone la fractura de éste.[2] Cuando el animalismo es seguido coherentemente, es decir, cuando éste tiene en cuenta a todos los animales, entonces es un animalismo vegano. El veganismo consiste en poner en práctica la Ética: respetar a los demás seres sintientes (sensocentrismo).[3]

Cambio climático antropogénico

2. Algunas personas dicen que «el calentamiento global no está causado por los humanos, por lo tanto no debemos cambiar nuestro estilo de vida».

Deforestación en el Amazonas

Con este argumento pretenden proteger el estilo de vida consumista para que no sea modificado ni ilegalizado. Esta idea es promovida por empresarios sin escrúpulos que priorizan el beneficio económico privado sobre el derecho a la salud y a la vida de los demás. También es promovida por personas adictas al consumo. Por ejemplo, dichas personas quieren seguir permitiendo la producción de plásticos, los vehículos privados, el uso de combustibles fósiles, la producción de cuero, las granjas y mataderos, etc. Estas personas priorizan su estilo de vida consumista sobre la destrucción medioambiental que dicho estilo de vida está produciendo. Ante personas tan egoístas e idiotas, poco podemos hacer. La concienciación de las nuevas generaciones resulta fundamental.

– En marzo de 2018, un artículo publicado en The Guardian titulado «Destruction of nature as dangerous as climate change, scientists warn» («La destrucción de la naturaleza es tan peligrosa como el cambio climático»), advierten los científicos. La explotación insostenible del mundo natural amenaza la seguridad alimentaria y del agua de miles de millones de personas, revela un importante estudio de biodiversidad respaldado por la ONU. El mundo ha perdido más de 130 millones de hectáreas de bosques lluviosos desde 1990 y perdemos docenas de especies todos los días, llevando el sistema ecológico de la Tierra a su límite. La tasa de disminución también se está acelerando. En las Américas, que tiene aproximadamente el 40% de la biodiversidad restante del mundo, la población regional está engulliendo recursos al doble de la tasa del promedio mundial. Los autores instaron a poner fin a los subsidios para la agricultura y la energía que fomentan la producción insostenible. Otros han puesto la crisis en términos más severos. El biólogo Paul Ehrlich advirtió que el colapso de la civilización es una «casi certeza» en las próximas décadas debido a la destrucción del mundo «natural».

– En 2013, el «Intergovernmental Panel on Climate Change» (IPCC) publicó su quinto informe titulado «Climate Change 2013: The Physical Science Basis» (AR5). Dicho informe proporciona una evaluación exhaustiva de las bases científicas del cambio climático desde 2007, cuando se publicó el Cuarto Informe de Evaluación (AR4). El resumen de ese quinto informe lo titularon «Summary for Policymakers» y en él podemos leer lo siguiente:

«En este Resumen para Responsables de la formulación de políticas, se han utilizado los siguientes términos para indicar la probabilidad evaluada de un resultado: (…) extremadamente probable: 95–100% (página 4)» «Es extremadamente probable que más de la mitad del aumento observado en la temperatura media global de la superficie de 1951 a 2010 haya sido causado por el aumento antropogénico en las concentraciones de gases de efecto invernadero y otros forzamientos antropogénicos juntos. (página 17)» —«Intergovernmental Panel on Climate Change» (IPCC), AR5 WG1, 2013.

Ecologismo y veganismo

3. El animalismo también promueve el cuidado del medio ambiente

A pesar de que el ecologismo y el animalismo son muy diferentes, ambos enfoques confluyen en la idea de que los animales necesitamos aire, agua y alimentos no contaminados para poder vivir sanos.

Sin embargo, mientras que el ecologismo promueve la protección de lugares en los que no nos importa nadie en concreto de quienes allí viven, el animalismo nos hace conscientes de la importancia que tiene no contaminar ni destruir aquellos lugares en los que viven animales concretos cuyas vidas y sufrimientos sí nos importan. El animalismo, y más aún el veganismo, crea una sensibilidad beneficiosa para favorecer el cuidado del medio ambiente. En términos de «compasión», Jon Wynne-Tyson (1924-) ha dicho:

«Mientras no establezcamos un compasivo sentido de parentesco entre nuestra propia especie y aquellos mortales compañeros que comparten con nosotros el Sol y la sombra de la vida sobre este agonizante planeta, no habrá esperanza para otras especies, no habrá esperanza para el medio ambiente, y no habrá esperanza para nosotros mismos». —Jon Wynne-Tyson

No todas las historias tienen un final feliz 😢

4. Algunas personas dicen que «practicar el veganismo no es más ecológico que no practicarlo».

Cuando hablamos de «practicar el veganismo» nos referimos a todas aquellas actividades respetan el derecho a la salud y a la vida de los demás seres sintientes, no sólo a la alimentación. Sin embargo, la alimentación vegana es la práctica vegana que tiene un mayor impacto en la protección del medio ambiente. Cualquier persona que se considere «ecologista» no debería consumir productos de origen animal porque el consumo de productos de origen animal:

  • Destruye los bosques.
  • Contamina el agua y lo derrocha.
  • Contamina la tierra.
  • Contamina el aire y emite gases de efecto invernadero.

A continuación iré dejando los estudios que vaya encontrando sobre esto.

Estudios generales

– El 1 de junio de 2018, la revista Science publicó un estudio titulado «Reducing food’s environmental impacts through producers and consumers». En el estudio se afirma que «los impactos de los productos animales de menor impacto generalmente superan los de los sustitutos vegetales, lo que proporciona nuevas pruebas de la importancia del cambio en la dieta». El estudio fue comentado en varios artículos, por ejemplo en el artículo «Hazte vegano si quieres salvar el planeta». (Más información: https://www.independent.co.uk/life-style/health-and-families/veganism-environmental-impact-planet-reduced-plant-based-diet-humans-study-a8378631.html)

– El 12 de abril de 2018 se publicó en PNAS el estudio «Analysis and valuation of the health and climate change cobenefits of dietary change», en el que dice que «La transición hacia más dietas basadas en plantas que estén en línea con las pautas dietéticas estándar podría reducir la mortalidad global en un 6-10% y las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con los alimentos en un 29-70% en comparación con un escenario de referencia en 2050». «para la dieta vegana (VGN) 8,1 millones de muertes evitadas (IC, 7.8–8.5 millones) y 129 millones de años de vida salvados (CI, 125–133 millones)».

– En junio de 2016, WildAid, en asociación con la Sociedad China de Nutrición, lanzó la campaña de acción climática. La campaña estaba centrada en reducir el consumo de carne en China, que en ese momento se esperaba que aumente en un 50% para 2030. La campaña cuenta con un vídeo en el que James Cameron (director de Titanic y Avatar, entre otros éxitos de taquilla), el ex gobernador de California Arnold Schwarzenegger (estrella de las películas de Terminator, también dirigida por Cameron) y la actriz más famosa de China, Li Bingbing, piden a la gente que coma menos carne y lácteos (o que dejen de comerlo).

Menos carne, menos calentamiento: detrás de cámaras con James Cameron & Arnold Schwarzenegger

– En mayo de 2016, la Organización de Naciones Unidas (ONU) publicó un informe realizado por la IRP, comité formado por 34 científicos punteros y 30 gobiernos. Los autores del informe solicitan a los gobiernos que inciten a los ciudadanos a comer menos carne. De esta manera se reduciría considerablemente «el desproporcionado coste medioambiental». En el informe que Maarten Hajer afirma que: «Nuestro actual sistema alimentario es insostenible» y defienden que los gobiernos deberían poner impuestos a la producción de carne para detener el aumento de su consumo y los desastres medioambientales asociados a él: «Pensamos que es más efectivo establecer los impuestos antes en la cadena de venta es más fácil. Resulta más atrayente que se hiciese al nivel del consumidor, pero no es tan efectivo.»

– El 11 de agosto de 2015, la revista científica Science publicó un artículo titulado «Meat-eaters may speed worldwide species extinction, study warns» en el que se hace referencia a un estudio en el que se advierte que la producción de carne está acelerando la extinción de especies en todo el mundo.

– El 26 de agosto de 2014 el World Watch Institute publicó el informe «Peak Meat Production Strains Land and Water Resources», elaborado por Michael Renner, en el que se revela que la producción y consumo global de carne se han cuadruplicado desde 1960, causando problemas medioambientales sin precedentes:

Mostrar datos del informe «Peak Meat Production Strains Land and Water Resources»

1. China es el país del mundo que más carne produce, con un 28% del total mundial. China es un país aún con escasas regulaciones medioambientales. Esto supone un riesgo añadido a la muy contaminante industria de la carne.2. En países industrializados como España, el consumo medio de carne es de 75,9 kg al año por persona. En países en vías de industrialización es de 33,7 kg. Estas cifras suponen una huella personal de derroche de recursos escalofriante, como veremos a continuación.

3. En 2011 Estados Unidos, 13.600 toneladas de antibióticos fueron vendidos para suministrar a los animales en las granjas (casi cuatro veces más que la cantidad suministrada a las personas enfermas). En Europa fueron 8.500 toneladas suministradas a los animales. Pero estos datos palidecen ante las 100.000 toneladas suministradas a los animales en China. La producción de esta gigantesca cantidad de antibióticos consume valiosos recursos a escala global.

4. El 70% del terreno agrícola del planeta se destina a pastos para alimentar a los animales que nos comemos. Estos pastos son conseguidos deforestando principalmente selvas. Selvas necesarias para evitar el efecto invernadero y el cambio climático.

5. El 10% del terreno agrícola del planeta se destina a la producción de cereales para alimentar a los animales que nos comemos. Sin embargo esa cantidad podría alimentar directamente a millones de personas que pasan hambre en el mundo.

6. El 20% de toda el agua dulce consumida en el planeta se usa para el cultivo de cereales y granos con los que los ganaderos alimentan a los animales. Toda el agua destinada para este fin podría sin embargo abastecer a grandes cantidades de población en los lugares asolados por la sequía.

7. Se necesitan 15.415 litros de agua para producir un kg de carne de vaca. Casi 9.000 litros de agua para producir un kg. de carne de cerdo y 4.325 para producir un kg de carne de pollo. El derroche energético en la producción de carne es desolador. Cada vez más organizaciones de investigación medioambiental recomiendan pasar a abastecer a la población mundial con productos de origen vegetal mucho más eficientes y sostenibles.

 

– En 2014 se estrenó el documental Cowspiracy en el que se muestra cómo las políticas de gobiernos y organizaciones ecologistas están ocultando el impacto real de la ganadería en el medio ambiente.

– En 2012, Televisión Española emitió en el programa «Documentos TV» el documental «Ámame enCARNEcidamente», en el cual se explica el impacto ecológico de la industria de explotación animal.

Documental Ámame Encarnecidamente

En 2010, se estrenó el documental «Meat the Truth» (La verdad sobre la carne). Este documental muestra lo que la película del ex Vicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore, no mencionó en «An Inconvenient Truth» (Una verdad Incómoda) (2006): la industria ganadera es la principal responsable del calentamiento global. Por lo tanto, «Meat the Truth» Fue el primer documental que hizo frente a la relación entre la ganadería y el calentamiento global.

En junio de 2010, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó un informe titulado «Assessing the Environmental Impacts of Consumption and Production: Priority Products and Materials», en el que dice que un cambio global hacia una alimentación sin productos de origen animal es vital para salvar al mundo del hambre, de la escased de combustible y de los peores impactos del cambio climático. Entre otros datos, el informe afirma lo siguiente[6]:

– Una reducción sustancial del impacto ambiental sólo sería posible con un modificación sustancial de la dieta en todo el mundo, dejando de lado los productos de origen animal.
– Los productos de origen animal causan más daño que la producción de minerales para la construcción tales como arena o el cemento, los plásticos o metales. La biomasa y cultivos para los animales son tan perniciosos como quemar combustibles fósiles.
– La producción de carne y lácteos, representa el 70% del consumo mundial de agua dulce, el 38% del uso total de la tierra y el 19% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

En octubre de 2009, Lord Stern, el máximo responsable de la lucha contra el cambio climático en Reino Unido, dijo en una entrevista exclusiva al diario británico The Times que «la única vía para salvar el mundo es que todo el planeta se haga vegetariano». Lord Stern resaltó que la emisión directa de metano en las granjas de vacas y cerdos es la principal fuente de gases de efecto invernadero, pues el metano es 23 veces más agresivo que el dióxido de carbono de cara al calentamiento global. Además señaló que comer carne requiere un uso desmesurado de agua.

En el 2009, investigadores de los Países Bajos, de la Netherlands Environmental Assessment Agency, publicaron el estudio «Climate benefits of changing diet», en el cual hacen proyecciones de las consecuencias de gas invernadero si la humanidad llegara a comer menos carne, nada de carne o ningún producto de origen animal. Predijeron que el veganismo universal reduciría las emisiones de carbono relacionadas a la agricultura en un 17 por ciento, las emisiones de metano en un 24 por ciento y emisiones de óxido de nitrógeno en un 21 por ciento para el 2050. El vegetarianismo universal similarmente resultaría en reducciones impresionantes de emisiones de gas invernadero.

El 15 de enero de 2008, el Dr. Rajendra K. Pachauri, Presidente del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (PICC), dijo en París: «No comer carne, andar en bicicleta y ser un consumidor recatado: es así como se puede ayudar a frenar el calentamiento global».

Estudios sobre el uso de suelo

En diciembre de 2011, se publicó un estudio realizado en colaboración con Greenpeace Austria y el Sustainable European Research Institut (SERI) para comparar el impacto ecológico de las carnes animales y el de alternativas vegetales (seitán, tofu y soja texturizada). Incluso la soja convencional elaborada en Brasil es cuatro veces más sostenible que la «carne ecológica» de animal. Para la producción de 1 kg de carne animal ecológica se necesitaron 46,02 m² al año, para la soja ecológica tan solo 0,73 m².

Hay que producir 900 kilogramos de vegetales para obtener un kilogramo de carne.

El 10 de noviembre de 2009, el número 92 del periódico Tribuna Complutense de la Universidad Complutense de Madrid publicó una entrevista titulada «En el futuro quizás seamos todos vegetarianos» a Luis Antonio Oro Giral, Premio Nacional de Investigación «Enrique Moles» en Ciencia y Tecnología Químicas de 2007, donde éste dijo lo siguiente: «en el futuro habrá que cambiar la alimentación. Como seres humanos no somos capaces de construir ninguna proteína y las extraemos de los alimentos, pero la eficiencia de un bóvido es pésima, porque tiene que tomar cien kilos de proteína para que nosotros tomemos cinco, lo que implica unas pérdidas increíbles. El animal más eficiente es el pollo, porque de cien kilos asimilas veinticinco, pero con una humanidad creciente, la posibilidad de que nos alimentemos todos a través de carne me parece imposible. Cuando pensemos en qué proteínas necesita un ser humano para vivir razonablemente, tenemos que considerar seriamente que el futuro pasa por la proteína vegetal, porque el sistema de proteína animal es muy poco eficiente y además nos mete mucho colesterol. Así que en el futuro quizás seamos todos vegetarianos. Tenemos que modificar nuestros hábitos alimenticios y también los de consumo energético, porque en caso contrario la superficie del planeta no da de sí».

En 2007, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicó un artículo titulado «La diversidad de los animales de granja se encuentra amenazada» en el que se indicaba que la cabaña ganadera a la que hay que alimentar cada día con soja, cereales, etc. para que los animales engorden era el siguiente:

– Pollos: 17000 millones.
– Bobinos: 1300 millones.
– Cerdos 1000 millones.
– Ovinos: 1000 millones.
– Cabras: 800 millones.

En Sudamérica, donde 400 millones de hectáreas de cultivos de soya se usan para alimentar animales para el consumo humano, solo se necesitarían 25 millones de hectáreas para alimentar directamente a todos los humanos del mundo. El ganado ocupa el 26 % de la superficie terrestre libre de hielo. La ganadería utiliza el 70% de la tierra agrícola del mundo para producir piensos.

Según David Pementel, profesor de Ecología y Ciencias Agrícolas de la Universidad de Cornell (EEUU): «Por término medio, se requieren 28 calorías de energía de combustibles fósiles para producir 1 caloría de proteína de carne para el consumo humano, mientras que hacen falta solamente 3,3 calorías de energía de combustibles fósiles para producir 1 caloría de proteína de cereales para el consumo humano».

En 1990, un estudio titulado «The effect of dietary changes on agriculture», calculó que el número de personas alimentadas en un año por cada hectárea varía entre 22 personas para las papas o 19 para el arroz y 1 y 2 personas para la carne de vacuno y el cordero, respectivamente.

Eficiencia en el uso de suelos – Libras de proteína de soja, arroz, maíz, otras legumbres, trigo,
leche, huevos, carne de todos los tipos y carne de vacuno, producidas por acre de terreno.
(1 libra = 0,45359237 kg y 1 acre = 0,40468564224 hectareas).

En 1971, Frances Moore Lappe publicó el libro «Diet for a Small Planet» («Dieta para un planeta pequeño»), con más de tres millones de copias se convirtió en un best-seller y en un libro pionero en denunciar que la producción de carne alimentada con grano es un desperdicio y una contribución a la escasez mundial de alimentos por una política alimentaria ineficaz. Comer una dieta centrada en el planeta, sostuvo, es elegir lo mejor para la tierra y nuestros cuerpos, una acción cotidiana que se encuentra a nuestro alcance para crear un mundo más sano.

Estudios de sobrepastoreo

Algunas personas, partiendo desde el especismo, defienden que la ganadería intensiva no es ecológica pero que sí lo es la ganadería extensiva. Lo que estas personas no tienen en cuenta es que el sobrepastoreo también es un elemento desertificador que se da en la actualidad y que se agravaría si se sacara a toda la cabaña ganadera a los campos.

Luis Echarri, profesor de Población, Ecología y Ambiente en la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Navarra en San Sebastián (Tecnun), es el autor del libro «Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente». El tema 12  está dedicado a los «Ecosistemas en peligro. Desertización», y en él podemos leer lo siguiente:

«Sobrepastoreo: es el intento de mantener excesivas cabezas de ganado en un territorio, con el resultado de que la vegetación es arrancada y pisada por los herbívoros y no se puede reponer. El suelo desnudo es mucho más fácilmente erosionado. Es la principal causa humana de desertización en el mundo.» —Universidad de Navarra

Si para alimentar un día a una vaca en ganadería se necesitan de X metros cuadrados de terreno cultivado con soja, para alimentar un día a una vaca en ganadería extensiva se necesitará de X·Y metros cuadrados de terreno con hierba y matorrales. Se están deforestando selvas para plantar soja, pero también se talan y queman bosques para permitir el pastoreo puesto que el terreno que las vacas dejan atrás va quedando desertizado debido a que se mueven en un area muy reducida (en los terrenos que son propiedad del ganadero).

Del 20 al 70% de la degradación de los pastos en el mundo es el resultado del exceso de pastoreo, la pérdida de suelo, la compactación del suelo y la desertificación (cuando la tierra de pastoreo o agrícola se convierte en desierto infértil). La ganadería es la responsable del 55% de la erosión del suelo en EEUU.

Estudios sobre deforestación

La ganadería es la principal causa de la deforestación. Los bosques son talados para crear pastos y tierras de cultivo para la alimentar al ganado, que hace que el dióxido de carbono almacenado en los árboles sea liberado.

La carne y la deforestación de la Amazonia

El 24 de junio de 2020, National Geographics publicó un artículo titulado «La deforestación del Amazonas alcanza niveles históricos debido al consumo de carne» en el que informa que un nuevo estudio en la Amazonía brasileña confirma un aumento de un 54% en la deforestación de los últimos diez meses respecto al periodo anterior.

«Los últimos cincuenta años han supuesto un coste de deforestación nunca antes visto en la historia de la humanidad, arrasando un 15% de la superficie mundial de vegetación equivalente al territorio de España, Portugal y Francia. Ahora, un nuevo estudio alerta sobre la pérdida de 4.567 kilómetros cuadrados de la selva del Amazonas en los últimos diez meses: un 54 % más que el período anterior.

El pasado mes de mayo ostenta la segunda tasa más alta de deforestación de la última década: la Amazonía perdió 649 kilómetros cuadrados de selva nativa, según el Sistema de Alerta de Deforestación del Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon).

La causa principal de este continuo aumento de la explotación de los bosques radica en el incremento del consumo de carne y la consecuente expansión de la ganadería extensiva, así como el cultivo de soja y la creación de pastos para la ganadería. Tan sólo Brasil, país que alberga la mayor parte de la selva amazónica, ha transferido más de 60 millones de animales a la esta región, lo que ha avivado el debate internacional sobre quién decidir sobre el mayor pulmón del planeta.

En esta línea, nuestra dieta se sitúa en el punto clave de lo que está sucediendo en la Amazonia. La expansión de la ganadería y del cultivo de soja se debe a la demanda internacional de carne y piensos que la industria necesita para alimentar los animales que forman parte de nuestra alimentación.» —Cristina Crespo Garay, National Geographic.

En mayo de 2019 se hacía pública una conferencia en la Universidad de Oxford en la que se muestra cómo la ganadería extensiva e intensiva están deforestando el Amazonas para producir carne. Evitar la carne y los productos lácteos es la forma más importante de reducir el impacto ambiental en el planeta, según los científicos de la Universidad de Oxford que están detrás del análisis más completo hasta la fecha del daño que la agricultura causa al planeta. Joseph Poore es uno de los científicos detrás de esta investigación y en esta presentación explica algunos de los resultados:

«Una dieta vegana es probablemente la forma más importante de reducir su impacto en el planeta Tierra, no solo los gases de efecto invernadero, sino la acidificación global, la eutrofización, el uso de la tierra y el uso del agua.» —Joseph Poore, científico de la Universidad de Oxford

Oxford University presentation: The road to sustainable agriculture

El 26 de enero de 2017, la organización Mongabay publicó en diario digital «El Espectador» un artículo titulado «La ganadería extensiva está acabando con los bosques en Colombia», en el que se indica que: «La ganadería extensiva representa casi el 60 % de la deforestación en el país según la investigadora Helena García de Fedesarrollo. Esta incluye tanto a aquellas ganaderías que mantienen ganado con fines productivos, como las inversiones que solo buscan asegurar la tenencia de la tierra mediante la introducción de ganado en pie».

El 19 de abril de 2016, se publicó en «Nature Communications» un estudio titulado «Exploring the biophysical option space for feeding the world without deforestation». El estudio presenta un modelo matemático, desarrollado por Karl-Heinz Erb y sus colegas del Instituto de Ecología Social de Viena, que compara 500 posibles escenarios para alimentar al mundo en 2050 y revela con claridad que, si no queremos destruir más bosques, la extensión de la actual dieta occidental a todo el planeta resulta insostenible: el 100% de los escenarios son viables si toda la población mundial se vuelve vegana; el 94% lo son si se adopta el relativamente más laxo vegetarianismo ovolácteo; dos tercios si la dieta media se mantiene como hoy; y solo el 15% si el planeta adopta la actual ingesta occidental de carne. (Fuente: elpais.com). La revista Science habló sobre el estudio en un artículo titulado «Veganism could save the world, new study argues».

En enero de 2016 se publicaba elcomercio.es la noticia «Asturias se sitúa a la cabeza de los incendios forestales en España», en la que se da la cifra de que entre 2002 y 2012 se registraron en Asturias 1.294 incendios, de los que 1.070 fueron intencionados y 162 provocados por negligencias. En diciembre de 2015, 453 fuegos calcinaron 10.146 hectáreas en Asturias, que según los bomberos fueron provocados por ganaderos y cazadores, hipótesis defendida también por la Guardia Civil. Según Iñaki Aranzeta, responsable del Proyecto Roble, se estima que un 80% de los fuegos en Asturias (España) son originados por ganaderos y cazadores, lo cual supondría 1035 de los 1070 incendios intencionados entre 2002 y 2012. Los ganaderos producen incendios para crear pastizales y los cazadores para sacar a los animales de las zonas boscosas protegidas y que vayan a las zonas de caza. [Monográfico: ganadería, caza e incendios forestales]

En diciembre de 2012 ScienceDirect publicó un artículo titulado «The price of protein: Review of land use and carbon footprints from life cycle assessments of animal food products and their substitutes» en el que se aportan datos sobre las emisiones de CO2 para producir un kilogramo de proteína de diferentes alimentos. El estudio muestra cómo los alimentos vegetales son los menos contaminantes.

En 2011, la ONU alertó que la deforestación avanza a un ritmo de 14.000 hectáreas al día, es decir, una superficie equivalente a 14.276 campos de fútbol. La mayor deforestación se está produciendo en la Amazonía y en la cuenca del Congo. Hasta 2011, 1150 activistas por el medio ambiente habían sido asesinados en los últimos 20 años en Brasil por denunciar la deforestación en el Amazonas.

En enero de 2009, Greenpeace España publicó un estudio titulado «Impacto de la ganadería en la Amazonía», donde se traza un mapa de las zonas de pasto de la Amazonia brasileña en el estado de Mato Grosso. Para ello, se ha empleado un nuevo método basado en el análisis de imágenes emitidas desde el satélite MODIS (Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer) para identificar las áreas deforestadas que se utilizan actualmente con fines ganaderos y compararlas con aquellas destinadas a cultivos. En él puede leerse lo siguiente:

«La ganadería, actividad que se ha extendido de forma continuada desde principios de los setenta, es la principal responsable de la deforestación de la Amazonia  y el resultado de más de treinta años de políticas gubernamentales que han priorizado las inversiones en infraestructuras (carreteras, embalses) y la ocupación del territorio (migraciones inducidas) así como la financiación pública de dichas actividades. Hoy en día, el territorio forestal ocupado ilegalmente resulta extremadamente barato, por lo que la cría de ganado en estas tierras es un negocio muy lucrativo que se encuentra en continua expansión. (…)  Brasil tiene el mayor número de cabezas de ganado comercial del mundo y es desde el año 2003 el mayor exportador mundial de carne de bovino. Un estudio de Greenpeace basado en datos del gobierno brasileño revela que en 2006  el ganado ocupaba el 79,5% del territorio en uso de la Amazonia Legal brasileña  (sin contar el estado de Maranhão). De acuerdo con estos datos, en 2006 había en la Amazonia Legal tres cabezas de ganado por habitante». (…) «Qué debe hacerse. Los ciudadanos pueden: Emprender acciones individuales para reducir su huella de carbono, como por ejemplo reducir el consumo de carne o comprobar el origen de los productos cárnicos y de soja que compran.» —Greenpeace España

El 29 de noviembre de 2006, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicó una nota de prensa titulada «La ganadería amenaza el medio ambiente», basada en el informe «Livestock’s long shadow. Environmental issues and options» («La Larga Sombra del Ganado»), en la que se lee lo siguiente:

«El informe de la FAO explica que la ganadería utiliza hoy en día el 30 por ciento de la superficie terrestre del planeta, que en su mayor parte son pastizales, pero que ocupa también un 33 por ciento de toda la superficie cultivable, destinada a producir forraje. La tala de bosques para crear pastos es una de las principales causas de la deforestación, en especial en Latinoamérica, donde por ejemplo el 70 por ciento de los bosques que han desaparecido en el Amazonas se han dedicado a pastizales.» —FAO

El 6 de abril de 2006, Greenpeace Internacional publicó su informe «Devorando la Amazonia» sobre la deforestación amazónica que se está produciendo para introducir cultivos de soja y cómo esa soja acaba siendo exportada para la alimentación de ganado que acaba sirviendo de alimento en cadenas de comida rápida y supermercados. En dicho informe puede leerse lo siguiente:

«El 80% de la producción de soja de todo el mundo se dedica a la elaboracion de piensos para la industria ganadera. La creciente demanda de piensos a base de soja por los agricultores europeos está expandiendo las fronteras agrícolas hasta la selva tropical amazónica. Europa compra la mitad de la soja exportada desde el estado amazónico de Mato Grosso, donde se cultiva el 90% de la soja de la selva tropical. Carne alimentada con soja de la selva tropical encuentra el camino hasta los supermercados y cadenas de comida rápida de toda Europa». —Greenpeace en «Devorando la Amazonia»

El 8 de junio de 2005, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicó una nota de prensa titulada «La ganadería extensiva destruye los bosques tropicales en Latinoamérica», que contiene las siguientes declaraciones de Henning Steinfeld, Jefe de la Subdirección de Información Ganadera y de Análisis y Política del Sector:

«La deforestación provocada por las grandes haciendas es una de las principales causas de la pérdida de especies animales y vegetales únicas en los bosques tropicales de Centro y Suramérica, así como de la emisión de carbono a la atmósfera», y continúa: «Es necesario encontrar con urgencia alternativas a la ganadería extensiva en Latinoamérica. Predecir los cambios del uso del suelo en los trópicos puede ayudar a los responsables políticos a comprender el enorme impacto ambiental de esta tendencia y desarrollar una política conservacionista». ONU

En 2003, se publicó un estudio titulado «Causas do Desmatamento da Amazônia Brasileira», dirigido por S. Margulis y financiado por el Banco Mundial. El estudio demostró la relación directa que existe entre la deforestación y la producción ganadera, y explicaba detalladamente la forma en la que esta actividad fomenta la ocupación, el cambio de uso y el comercio de tierras explotadas ilegalmente (p.100).

La revista científica Nature publicó un artículo en el que se alertaba de que en 2050 se habrá perdido el 40% de la Amazonia si la tendencia actual de expansión agrícola continúa; con ello se amenazará la biodiversidad y se contribuirá gravemente al cambio climático.

«En Centroamérica, el 40 por ciento de las selvas tropicales han sido taladas o quemadas en los pasados 40 años, principalmente para pastos de ganado vacuno para el mercado de exportación, a menudo para carne de las hamburguesas de EE UU. La carne es demasiado cara para los pobres en los países exportadores de carne, pero sin embargo en muchos casos los pastos del ganado vacuno han sustituido a formas de agricultura tradicional muy productiva.» —John Revington en «World Rainforest Report»

«Estamos destruyendo la Amazonia para alimentar vacas.» —Jeremy Rifkin, presidente de la Foundation on Economic Trends

Estudios sobre consumo de agua

El 29 de noviembre de 2006, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicó una nota de prensa titulada «La ganadería amenaza el medio ambiente», basada en el informe «Livestock’s long shadow. Environmental issues and options» («La Larga Sombra del Ganado»), en la que se lee lo siguiente:

«La actividad ganadera figura entre los sectores más perjudiciales para los cada día más escasos recursos hídricos, contribuyendo entre otros aspectos a la contaminación del agua, la eutrofización (proliferación de biomasa vegetal debido a la excesiva presencia de nutrientes, ndr) y la destrucción de los arrecifes de coral. Los principales agentes contaminantes son los desechos animales, los antibióticos y las hormonas, los productos químicos utilizados para teñir las pieles, los fertilizantes y pesticidas que se usan para fumigar los cultivos forrajeros. El sobrepastoreo afecta al ciclo del agua, e impide que se renueven los recursos hídricos tanto de superficie como subterráneos. La producción de forraje obliga a desviar importantes cantidades de agua. Se considera que la ganadería es la principal fuente terrestre de contaminación de fósforo y nitrógeno en el Mar del Sur de China, contribuyendo a la pérdida de biodiversidad en los ecosistemas marinos.» —FAO, «La Larga Sombra del Ganado»

El 4 de mayo de 2016 se filtró a WikiLeaks el cable 09BERN129_a de Nestlé titulado «Tour d’horizon with Nestle: Forget the global financial crisis, the world is running out of fresh water» en el que se asegura que habrá problemas de escasez de agua potable antes del 2025 y que será catastrófico en 2050 debido al consumo de productos de origen animal, pues para alimentar a los miles de millones de animales de las granjas es necesario cultivar millones de toneladas de maíz y soya, lo que a su vez requiere grandes cantidades del preciado líquido. Argumentan que si todos los habitantes del planeta tuvieran los mismos hábitos de comer carne que en el mundo occidental, el agua potable se habría acabado ya en el año 2000.

Filtraciones a WikiLeaks revelan que el agua se acabará en el 2050

En octubre de 2004 se publicó en la revista BioScience un estudio titulado «Water Resources: Agricultural and Environmental Issue» que dice lo siguiente:

«Las crecientes demandas impuestas a la oferta mundial de agua amenazan la biodiversidad y el suministro de agua para la producción de alimentos y otras necesidades humanas vitales. La escasez de agua ya existe en muchas regiones, con más de mil millones de personas sin agua potable adecuada. Además, el 90% de las enfermedades infecciosas en los países en desarrollo se transmiten desde el agua contaminada. La agricultura consume aproximadamente el 70% del agua dulce del mundo; por ejemplo, se requieren aproximadamente 1000 litros de agua para producir 1 kg de grano de cereal y 43.000 litros de agua para producir 1 kg de carne de vacuno

El 22 de marzo de 2003, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó el informe mundial anual sobre el desarrollo de los recursos hídricos, titulado «Water for people, water for life». En la página 17 de dicho informe se indica que el riego consume actualmente el 70% del insumo total de agua y aparece un cuadro en el que se indica la cantidad de agua necesaria para producir los principales alimentos. Es importante tener en cuenta que 1 metro cúbico de agua son 1000 litros de agua. Se necesitan 1000 litros de agua para producir 1 Kg de legumbres y 15000 litros de agua para producir 1 kg de carne de bovino. (Fuente: http://www.unesco.org/new/en/natural-sciences/environment/water/wwap/wwdr/wwdr1-2003/)

En febrero de 1997, la revista BioScience publicó un estudio titulado «Water resources: agriculture, the environment and society». El estudio indicó que la baja razón de conversión energética de los piensos en carne es otro motivo de preocupación, ya que parte de los cereales producidos se destinan a la producción pecuaria.

Curtiembre (producción de cuero)

Una curtiembre, curtiduría o tenería es el lugar donde se realiza el proceso que convierte las pieles de los animales en cuero. Las cuatro etapas del proceso de curtido de las pieles son: limpieza, curtido, recurtimiento y acabado. Se debe quitar el pelo, curtir con agentes de curtimiento y tinturar, para producir el cuero terminado.

Las curtiembres hacen uso intensivo de agua. El proceso de curtido utiliza importantes cantidades de reactivos químicos, destacando el uso de cloruro de sodio, sulfuro de sodio, cal, sales de cromo y solventes. El curtido produce cantidades significativas de polvo y sulfuro de hidrógeno. Las otras emisiones gaseosas provienen de la separación del amoníaco y de las calderas. La dermatitis constituye el peligro principal para la salud, aparte de los accidentes, y es causada por el contacto con los químicos y las pieles. Los otros riesgos para la salud ocurren a raíz de la exposición al polvo, los químicos tóxicos y el carbunco.

Estudios sobre contaminación ambiental

El gran consumo de productos de origen animal es una de las causas de la rápida contaminación del agua, de la tierra y del aire.

La ganadería es uno de los mayores contribuidores a la contaminación de agua y de la degradación del suelo. El agua dulce que queda en el mundo se contamina con los desechos animales y los pesticidas. La ganadería utiliza el 50% de todos los antibióticos utilizados en los Estados Unidos, los cuales acaban en los consumidores, en los ríos y en el mar. Aproximadamente el 40% de agua dulce en EEUU está contaminada y no es apta para el consumo. El Natural Resources Defense Council ha afirmado que «Según la Agencia de Protección Ambiental de EEUU, los residuos ganaderos han contaminado más de 40.000 kilómetros de ríos y las aguas subterráneas en docenas de estados».

Algunas de las sustancias contaminantes que la ganadería emite al medio ambiente son:

Contaminación por amoníaco (NH3)

La ganadería produce el 68% de amoniaco inducido por el hombre, el cual contribuye de manera significativa en la aparición de la lluvia ácida.

Contaminación por nitratos

La mayoría de los nitratos proceden de los fertilizantes utilizados en las tierras de cultivo. El nitrógeno es uno de los principales contaminantes de las aguas subterráneas, los acuíferos, los ríos y embalses, y finalmente de los océanos. En muchos trabajos de investigación se ha concluido que el principal factor responsable de la contaminación de las aguas subterráneas por nitratos es la agricultura. La mejor manera para conservar la vida de los ríos y mares es que el ser humano no intervenga explotando estos ecosistemas. Optar por una alimentacion vegetariana estricta significa reducir la cantidad de tierras cultivadas y evitar la ganadería, de esta forma se evita que el exceso de nitratos causado por estas industrias perjudique el ecosistema marino.

El impacto ambiental de la industria porcina

Cambio climático

Los gases de efecto invernadero contribuyen al cambio climático. Las principales fuentes de gases de invernadero provenientes de la ganadería son:

1. La deforestación de selvas tropicales para cultivar el alimento con el que se alimenta el ganado.
2. El óxido nitroso, el metano, y el dióxido de carbono producidos por los animales de las granjas.
3. La alimentación, el tratamiento y el sacrificio de los animales de las granjas.
4. Refrigeración y transporte de la carne alrededor del mundo.

Óxido nitroso (N2O)

El óxido nitroso (N2O) es el mayor contribuyente al potencial de calentamiento global. La ganadería genera el 65% de óxido nitroso de la humanidad, que tiene un potencial de calentamiento atmosférico 296 veces el del CO2, sobre todo a partir de estiércol. 

Metano (CH4)

La ganadería representa el 37% del metano inducido por el hombre, un gas con un potencial de calentamiento global (PCG) 23 veces mayor que la de CO2, principalmente a través de la flatulencia y eructos del ganado.

«Una tonelada de metano, el principal gas de invernadero emitido por la ganadería, tiene un potencial de calentamiento del planeta de 23 toneladas de dióxido de carbono por cada tonelada de metano. Una vaca lechera produce aproximadamente 75 kilogramos de metano al año, equivalentes a más de 1,5 toneladas de dióxido de carbono. La vaca, por supuesto, lo hace de forma natural. Pero las personas tienden a olvidar, parece, que la ganadería es una industria. Talamos la tierra, plantamos las plantas forrajeras y alimentamos el ganado de forma industrial. Es una empresa humana, no natural. Somos muy eficientes, y por ello las concentraciones atmosféricas de metano han aumentado en un 150 por ciento respecto a hace 250 años, mientras que las concentraciones de dióxido de carbono crecieron un 30 por ciento.» —Pete Hodgson, Ministro de Nueva Zelanda de Energía, Ciencias y Pesca.

Dióxido de carbono (CO2)

La ganadería produce el 9% del dióxido de carbono; producido en el proceso para generar el alimento vegetal de los animales.

Estudios sobre cambio climático

En junio de 2014 se publicó en el portal de difusión científica Springer un estudio que lleva por título «Dietary greenhouse gas emissions of meat-eaters, fish-eaters, vegetarians and vegans in the UK» («Emisiones de gases de invernadero provocadas por las dietas de comedores de carne, comedores de pescado, vegetarianos y veganos en el Reino Unido»), en el cual se señala que «La producción de alimentos a base de animales se asocia con mayores emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) respecto de la producción de alimentos a base de plantas». La emisión de dichos gases, como es sabido, está asociada directamente al calentamiento global.

En diciembre de 2012 ScienceDirect publicó un artículo titulado «The price of protein: Review of land use and carbon footprints from life cycle assessments of animal food products and their substitutes» en el que se aportan datos sobre las emisiones de CO2 para producir un kilogramo de proteína de diferentes alimentos. El estudio muestra cómo los alimentos vegetales son los menos contaminantes.

El 18 de julio de 2011, el Environmental Working Group (Grupo de Trabajo Medio Ambiental) de EEUU publicó un estudio titulado «Meat eat less. Eat greener» que comparó los gases emitidos en todo el proceso de producción, desde los fertilizantes usados para cultivar alimento para los animales, hasta la matanza, transporte y cocción.

Gráfica de emisiones de CO2

En el gráfico se puede observar que la carne de cordero tiene el impacto más grande sobre la atmósfera, con 39,2 kilos de CO2 por kilo final de carne (las emisiones de otros gases como el metano fueron convertidas a su equivalente en dióxido de carbono). El salmón de acuicultura (Canadá, Chile y Noruega) también tuvo una alta tasa de CO2 (11,9 kilos por kilo de carne de salmón) principalmente por las emisiones en la producción de alimento para los peces. En claro contraste, la producción de vegetales emite mucho menos CO2 a la atmósfera: las patatas 2,9 kilos por kilo (la mayor parte de éstos se producen en el transporte, cocción y desecho de los residuos), el arroz 2,7 kilos, las nueces 2,3 kilos; y el brócoli, tofu y alubias 2,0 kilos. Los menos contaminantes serían los tomates (1,1 kilos) y las lentejas (0,9 kilos).

Los resultados de dicho estudio coinciden con los de un estudio similar titulado «Determining the environmental burdens and resource use in the production of agricultural and horticultural commodities» llevado a cabo por Department for Environment Food and Rural Affairs (Defra), la autoridad medioambiental de Reino Unido. (http://randd.defra.gov.uk/Default.aspx?Menu=Menu&Module=More&Location=None&Completed=0&ProjectID=11442)

En noviembre/diciembre de 2009, Word Watch Institute publicó unos análisis de hechos por Goodland y Anhang, coautores de «Livestock and climate change» («La ganadería y el cambio climático»). En la última edición de la revista World Watch encontraron que la ganadería y sus subproductos en realidad representan al menos 32,6 mil millones de toneladas de dióxido de carbono anuales, o el 51% de emisiones de gases de invernadero cada año en todo el mundo, como se muestra en la siguiente tabla:

Livestock and climate change

La ganadería emitiría 32564 millones de toneladas de CO2 cada año, es decir, el 51% de las emisiones de efecto invernadero.

En 2007, The Earth Institute publicó un informe en el que afirmaba que una alimentación vegetariana usa sólo un 25% de la energía de una alimentación a base de carne. Cambiar de una alimentación a base de carne a una alimentación vegetariana es por lo menos un 50% más eficaz para contrarrestar el cambio climático que si sustituimos un coche deportivo por un coche híbrido Toyota.

En noviembre de 2006, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicó una nota de prensa titulada «La ganadería amenaza el medio ambiente», basada en el informe «Livestock’s long shadow. Environmental issues and options» («La Larga Sombra del Ganado»), donde se lee lo siguiente[11]:

«El sector ganadero genera más gases de efecto invernadero –el 18 por ciento, medidos en su equivalente en dióxido de carbono (CO2)- que el sector del transporte. También es una de las principales causas de la degradación del suelo y de los recursos hídricos.» —FAO, «La ganadería amenaza el medio ambiente»

El 16 de mayo de 2005, se publicó un estudio del Departamento de Ciencias Geofísicas de la Universidad de Chicago (EEUU) titulado «Diet, Energy, and Global Warming». El estudio dice que ser vegano por un año ahorra 1,5 toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a la dieta estándar americana. Además, reconoce que no encontraron evidencia de efectos adversos para la salud por seguir una alimentación basada en plantas (plant based).

«La industria de la carne es la segunda causa del calentamiento del planeta. Siempre se habla del efecto de la construcción de edificios y del consumo que hacemos en ellos. Por supuesto, se habla del transporte, pero nunca se habla de la industria de la carne. Pues bien: el consumo en edificios es la primera causa; la industria de la carne, la segunda, y el transporte, la tercera.» —Jeremy Rifkin, Presidente de la Fundación de Tendencias Económicas

La producción de carne también demanda el uso de una gran cantidad de agua y otros recursos, los cuales mejor, podrían ser utilizados para mitigar el hambre del mundo y proveer de agua aquellos que la necesitan.

Basados en su investigación, Goodland y Anhang concluyen, que reemplazar los productos pecuarios por algunos a base de soya u otras alternativas, podría ser la mejor estrategia para revertir el cambio climático. Así se refieren al tema:

«Este enfoque tendría efectos más rápidos sobre las emisiones de gases y su concentración en la atmosfera, y por tanto en la tasa del calentamiento climático, que las acciones encaminadas a reemplazar los combustibles fósiles por energía renovable.» —Goodland y Anhang

Ahora que ya sabemos los peligros de nuestro planeta y la humanidad por el consumo de carne animal, tenemos la oportunidad de salvar nuestra raza y nuestro planeta. A base de una dieta saludable de frutas y vegetales, podemos reducir en gran cantidad nuestra huella de carbono.

Toma la iniciativa ahora y elige reducir drásticamente tu consumo de carne o simplemente conviértete en vegetariano o vegano. Esta es la acción más poderosa para prevenir el cambio climático, así como el consumo de carne es la fuente más grande de emisión de gases de invernadero

Estamos jugando con nuestras vidas, y con las de aquellas futuras generaciones que están por venir. Es una locura el saber que estamos plenamente consientes de las posibles consecuencias y aún así no actuar.

Promocionar al público una dieta a base de granos, frutas y vegetales, sería el modo más efectivo para frenar la deforestación, guardo la esperanza de que esto sea adoptado como una medida de gran importancia para salvar las selvas tropicales y proteger nuestra delicada ecología.

«Es tal la exigencia que el suelo ha sido presionado más allá de su capacidad, ha sido forzado a alimentarse con una dieta de pesticidas y fertilizantes. Los pesticidas son venenos que se usan para la destrucción de semillas, insectos y hongos. Pero también pueden y han matado a humanos. Sabemos que destruyen especies distintas de aquellas que deberían destruir y pueden alterar el equilibrio natural de los ecosistemas. Sabemos que aumenta su concentración cuando animales grandes se alimentan de los más pequeños. Un ave acuática como el somorgujo, que está en la cima de la cadena alimenticia, puede tener en su cuerpo pesticidas 80000 veces más potentes que los que hay en el agua donde vive. Sabemos que 50 sustancias químicas usadas son sospechosas de causar cáncer. Sabemos que la carne contiene aproximadamente 14 veces más residuos que las plantas. Hay restos de pesticidas en casi todos los alimentos que consumimos. Sabemos que sin la necesidad de alimentar animales, los campesinos regresarían a la rotación de cosechas. Podrían cultivar de manera orgánica y apartarse de estos derivados del gas nervioso. La demanda constante a la tierra para que produzca más alimento para alimentar a más animales es insostenible. Estos niveles exagerados de producción sólo se pueden alcanzar de manera temporal, inundando el suelo con caros fertilizantes basados en nitrógeno. Parte del nitrógeno desemboca en los ríos y estimula el crecimiento de algas y bacterias, obstruyendo toda la vida del agua. Otra parte desemboca en las aguas subterráneas y, sin embargo, si dejáramos de comer animales, toda la población podría alimentarse con sólo el 30% del suelo, sin necesidad de usar fertilizantes químicos. El suelo podría respirar otra vez, regenerarse y recuperar su salud.»  —Documental «Devour the Earth» (Devorar la Tierra)

La industria ganadera emplea el equivalente a casi cuatro litros de gasolina producir medio kilo de carne vacuna engordada a corral en los Estados Unidos. Para satisfacer los requerimientos anuales de carne vacuna de una familia tipo —aproximadamente 120 kilos— se consumen unos mil litros de combustibles fósiles. Cuando ese combustible se quema, libera más de 2,5 toneladas de dióxido de carbono adicional hacia la atmósfera —tanto dióxido de carbono como el que emite un auto promedio en seis meses de uso normal.

Un estudio sobre la sostenibilidad ambiental de las dietas basadas en alimentos de origen animal comparadas con las de origen vegetal, publicado en la American Journal of Clinical Nutrition, estima que la producción de 1 kilocaloría de proteína animal requiere alrededor de 25 kcal de energía fósil, mientras que la producción de 1 kilocaloría de proteína vegetal precisa tan solo 2,2 kilocalorías.

Mundialmente cada día se consumen aproximadamente 85 millones de barriles de petróleo (1 barril USA contiene 158,984 litros de petróleo).

La destrucción ambiental que produce el consumo de productos de origen animal es una de las principales causas de la miseria, la enfermedad y la muerte de los humanos más desfavorecidos.

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2 Comments

  1. Guille 20 julio, 2022

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